Seguro lo has notado. Entre los diseñadores y la gente creativa hay una aversión por la tipografía que desde la explosión de la era informática se le conoce como Comic Sans. Esto claramente tiene una razón y no es que conozca la mente de todos los diseñadores pero desde una perspectiva objetiva puedo elaborar algunas teorías sobre tan arraigado descontento.
La Comic Sans representa la cero composición, una estructura desorganizada y un desaliño general. En pocas palabras, usarla es como pedirle a alguien que haga nuestros letreros a mano. ¡Ah! Y esta persona además de nunca haber hecho algún ejercicio de caligrafía, no tiene una visión artística y ni siquiera bonita letra. Por esto es el encono entre los diseñadores.
Te reto a que en tu próximo paseo por el vecindario cuentes las veces que identificas esta tipografía en letreros, carteles, volantes; o en tu teléfono las ubiques en las imágenes que tu tía te manda todas las mañanas para desearte los buenos días.
La Comic Sans tiene intrínseco un aspecto infantil en su estructura, que la aleja aún más del uso por parte de los diseñadores. En casos connotados y con fines específicos es aceptable su uso, pero aún queda en duda los efectos comunicativos de su uso. Por supuesto, no se podría asociar con algo efectivo por lo desaliñado de sus formas, jugando en contra de un alto posicionamiento y el éxito del producto.
La principal razón de su popularidad es porque representa la salida más fácil. Lo primero que aprende cualquier persona cuando descubre que puede cambiar la apariencia de un documento electrónico es elegir “al azar” la Comic Sans. ¿Por qué? Porque destaca entre muchas otras fuentes que los procesadores de texto ofrecen, y esto no es precisamente bueno.
Se ha sabido de casos de maestros de primaria y secundaria que desarrollan una alergia incapacitante antes este tipo de letra por sobreexposición.
El caso es que esta tipografía tan recurrida se ha convertido en un símbolo del simplismo (no simplicidad) y no querrás que de ninguna manera algún cliente potencial la pueda asociar a tu marca. Es casi un suicido. Y te dejaría lejos del patetismo adorable que ahora inunda las redes – si esa fuera tu intención.
Sinceramente, como diseñador creo que existen formas mucho más interesantes de darle una personalidad a una marca, pero que evidentemente requieren tener un mayor conocimiento y justificar las elecciones de cada elemento visual para que logre transmitir exactamente lo que queremos sin correr el riesgo de ser infantiloide o poco preciso.
Por supuesto, cambiar lo que se asocia con la fuente Comic Sans también representaría un reto que me gustaría abordar. ¿Con qué valores o atributos de una marca podría relacionarse esta tipografía? Eso sin duda es una fuente de reflexión.
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Julián Lara es diseñador gráfico en Mijo! Brands, estudió en la Universidad de Boyacá en Tunja, Colombia y actualmente cursa una especialización en Gerencia de Mercadeo. Se autodenomina como un diseñador integral impulsado por un ansia constante de aprendizaje y emprendimiento de nuevos retos. Amante de los viajes, el baile y la fotografía de estudio, dedica mucho de su tiempo libre a disciplinas de entrenamiento como el kickboxing o insanity.
