Posicionarse en la mente del consumidor es el principal objetivo de cualquier marca, sin embargo, las empresas a menudo suelen olvidar que conseguirlo también implica manejar con responsabilidad la comunicación de la empresa, a fin de que su misión, visión y valores se alineen o correspondan con los socialmente aceptados.
A pesar de que últimamente en México han cobrado gran relevancia los movimientos a favor de la equidad entre los sexos, es evidente que aún persiste el machismo enraizado en lo más profundo de nuestra sociedad. El machismo parte de una clasificación cultural de los individuos de acuerdo a su género e impone ciertas expectativas biológicas que dichos individuos deben cumplir para consumar su rol como hombre o mujer “verdadero” en la sociedad. Al ser una cuestión cultural, este machismo va dictando conductas, comportamientos y creencias que refuerzan, reproducen y promueven diversas formas de discriminación hacia la mujer.
En publicidad, los ejemplos más claros son las campañas de productos para el hogar, en donde se utiliza exclusivamente a mujeres para promocionar dicha mercancía. Lo mismo ocurre en el caso de las marcas que promocionan productos para hombres, donde las féminas suelen posar con poca ropa, de manera sugerentemente – incluso ambas-, con el fin de llamar la atención de los varones y generar “recordación de marca”. En ambos casos se asume arbitrariamente un rol de género para la mujer: como única responsable del hogar y como objeto sexual, respectivamente.
Muchas de estas concepciones pasan desapercibidas y es ahí donde hablamos de que están dentro del código cultural; lo damos por sentado y aceptamos como un hecho irrefutable. En una sociedad que cambia con un ritmo cada vez más vertiginoso, la publicidad no puede quedarse atrás y es un gran escaparate para apoyar la eliminación de esta visión estereotipada del género.
Por ejemplo, existen muchas otras formas de brindar el atributo de la masculinidad a una marca más allá de la provocación barata como como la competitividad, la fuerza o la rudeza. Pero aún así, que el target de una marca sea mayoritariamente masculino no quiere decir que deba excluir a las mujeres que también consumen y pueden llegar a amar nuestros productos. Desde este punto de vista la segmentación que el entorno digital provee es invaluable para la generación de un vínculo emocional y posibilitar la fidelización de las diversas audiencias.
Existe un poder único para las empresas en la era del marketing digital. Cada día tenemos la oportunidad de elegir qué mensajes queremos enviar a través de nuestra marca, para con ello ayudar a cambiar la norma social. Crear una marca masculina “fuera de la caja” en los tiempos de la equidad de género es un tema en boga que no sólo demuestra que tu negocio está involucrado en los movimientos sociales que importan, sino que también te distingue de la competencia que sigue atada a los paradigmas del pasado.
En Mijo! Brands nuestro equipo te ayudará a afinar tu mensaje y crear campañas dirigidas, con un equipo interdisciplinario de profesionales expertos que proyectarán tu marca en el mundo digital. Contáctanos hoy.
Carlos Becerra es Community Manager en Mijo! Brands, agencia creativa líder en marketing digital con presencia en la Ciudad de México, Guadalajara y Puerto Vallarta.
Carlos es egresado de la Licenciatura en Comunicación Social por Universidad Autónoma Metropolitana UAM, ha desarrollado experiencia en distintas tareas de marketing con atención directa al cliente y ubica sus principales fortalezas en la empatía y la búsqueda de soluciones creativas. Fanático de las historias sin importar el formato digital o analógico que las transmitan, y entusiasta de los animales como lo confirman su perro Toto, adoptado en tierras lejanas – Mérida, no Kansas-, y su gato Luis Miguel.
