En el diseño gráfico ingresamos en un amplio mundo de posibilidades donde podemos mediante metáforas visuales, comunicar, provocar sensaciones, el comportamiento de las personas, usando una gran variedad de piezas gráficas.
Si queremos producir la sensación de que un alimento es sabroso, debemos crear en el publico las ganas de comerlo mediante el uso del color, la textura, una buena fotografía, etc. Sin embargo cuando la intención es educar al receptor del mensaje sobre nuestro producto y sus ventajas, temas de coyuntura o asuntos tratados a profundidad es necesario también tener una perspectiva pedagógica.
Al diseñar materiales educativos ya sean digitales o impresos, el conocimiento del diseñador entra en un papel sumamente importante que requiere de experiencia.
Pensar en las condiciones de quien recibe el mensaje es fundamental para traducir al lenguaje grafico en necesidades de aprendizaje en las distintas áreas del conocimiento. Es necesario profundizar y comprender como un ambiente puede promover ciertos aprendizajes a partir del uso de colores, tipografía y fotografía.
Otro punto determinante es la conceptualización, pues el equipo de trabajo debe no debe centrarse en generar transacciones en este punto sino en analizar un tema para delimitar los objetivos de aprendizaje, diseñar la estructura temática, y la definición de las ideas que busca comunicar.
Los diseñadores corremos el riesgo de actuar con ligereza, omitiendo muchos aspectos que el profesional en educación tiene muy claros, para estos casos y con el objetivo de lograr la meta trazada, es recomendable actuar como un mediador que cumpla la función de traducir a modo gráfico las temáticas.
Desde este punto de vista, a los diseñadores nos falta mucho camino por recorrer en el tema de ergonomía cognitiva, que no es otra cosa que la disciplina que estudia los aspectos cognitivos del diseño de los sistemas de trabajo. Si diseñamos un botón rojo puede hacerse de muchas maneras, pero su efectividad dependerá más de su correspondencia con el ojal que del botón mismo, y justo de eso se encargaría la ergonomía cognitiva.
Con la participación de la tecnología y la expansión del mundo digital, la comunicación con los clientes no debe limitarse a generar una transacción, sino a invertir en relaciones personales en las que se aporte valor, y uno de los valores más importantes es el conocimiento. De ahí que los diseñadores debemos estar preparados para incursionar en nuevas áreas que está explorando la educación virtual, las aplicaciones y los juegos educativos para dispositivos móviles y siempre en búsqueda de la próxima frontera.
Julián Lara es diseñador gráfico en Mijo! Brands, agencia creativa líder en marketing digital con representación en la Ciudad de México, Guadalajara y Puerto Vallarta.
Julián estudió en la Universidad de Bocayá en Tuja, Colombia; actualmente cursa una especialización en Gerencia de Mercadeo. Se autodenomina como un “diseñador integral” impulsado por un ansia constante de aprendizaje y emprendimiento de nuevos retos. Amante de los viajes, el baile y la fotografía de estudio, dedica mucho de su tiempo libre a disciplinas de entrenamiento como el kickboxing o insanity.