Todo escritor puede decirte que hay días en que alumbrar un texto sólido es casi tan imposible como bostezar con los ojos abiertos. Como alguien que escribe entre 1 y 5 blogs semanales, encuentro familiar la lucha por estimular la inspiración para poder entregar material de alto calibre y cumplir con las fechas de entrega.
Definitivamente existe un proceso para crear contenido de calidad, mientras el desarrollo de la técnica es personal. Y algunas veces tan sólo empezar parece una misión imposible. Sin embargo, cuando existen fechas de entrega fijadas y trabajo acumulándose a cada segundo, una de las habilidades más valiosas que he aprendido es arrancar mi proceso creativo incluso en las condiciones más adversas.
Y aquí, te comparto algunas de las cosas que parecen funcionarme:
Siempre deja el título para el final. Me he topado con que titular mi trabajo antes de escribirlo puede ser el flujo y alejarme de pensar fuera de la caja para crear un contenido único. El título debe reflejar el contenido – no al revés, por eso siempre dejo que el título llegue cuando el texto ya ha sido escrito.
Dicho esto, siempre identifico mis palabras clave y SEO antes de empezar a escribir. A diferencia del título, creo que ubicar las keywords puede detonar la inspiración y empezar a mover los jugos cerebrales puesto que tendré que utilizar esos términos en algún punto. Hay veces que incluso hago una cosa extrañísima como empezar a escribir el texto al revés – vamos, escribo primero el último párrafo. Este último párrafo suele ser un lugar perfecto para deslizar las keywords difíciles sin llegar a sonar como un robot, por eso trato de incluir tantas como sea posible y las restantes me ayudan a estructurar el resto del texto.
Como todo quien haya estudiado literatura, he tenido bastante experiencia escribiendo ensayos. Algunas veces escribir sobre un tema desconocido puede ser un reto extremo, pero mi formación me ha dado un proceso adecuado (¿Quién lo dijera?). Puedes usar esos métodos ideales, disparatados y de poca aplicación en el mundo real que te han enseñado, como dibujar mapas mentales, usar la teoría de conjuntos o tableros de visión, investigar sobre un tema YouTube, ver un documental, escuchar podcasts, etc. Intenta todo lo que pueda detonar la inspiración y haga que tus ideas fluyan.
Una vez que hayas iniciado el proceso creativo, libérate y déjalo ser. Escribe. Personalmente, yo trato de no releer lo que acabo de escribir puesto que sufro de algo que he escuchado nombre como un síndrome gramático nazi. Si me detengo a releer mi último párrafo, se apoderan de mí una ansías por editarlo una y otra vez so pena de perder el ritmo que tanto me costó arrancar. Sé que tendré todo el tiempo necesario para regresar y editar una vez que haya terminado mi texto, y realmente trato de continuar dejando de lado cualquier palabra desconocida que el movimiento casi aleatorio mis dedos haya creado y que ahora está subrayadas como una falta de ortografía.
Si me atengo a este proceso y recuerdo tenerme paciencia, antes de darme cuenta suelo haber creado una buena pieza fácil de leer y antes de la fecha de entrega. Cada quien tendrá su propia técnica, pero pienso que lo fundamental es tener paciencia, estructurar el contenido con las palabras clave, y así suene absurdo, trata de divertirse en el proceso.
Sarah Rose Birge es Editora de Contenido y Community Manager en Mijo! Brands, Agencia creativa líder de Marketing Digital en la Ciudad de México, Guadalajara y Puerto Vallarta. Visítanos en mijobrands.com o contáctanos aquí.