La muerte de Steve Jobs es una gran pérdida en casi todos los aspectos. El cofundador de Apple quien sucumbió ante el cáncer después de una larga batalla, será recordado por su gran creatividad y astucia para los negocios. El casi perfecto Jobs inspiró a millones con su inmenso portafolio de productos exitosos que cerró la brecha que separaba a un gran diseño y la innovación tecnológica.
Se convirtió en un icono que guiaba nuestra imaginación en un momento de cambio a nivel mundial que dio lugar al crecimiento de titanes de la industria tecnológica que incluían a Bill Gates, Carlos Slim, Warren Buffet, Bernard Arnault, Christy Walton y Aaron Abramovich. Lo que diferenció a Jobs de sus colegas empresarios, fue su habilidad innata para inspirar no sólo a sus clientes, sino a los socios de Apple.
A pesar de un casi impecable dominio mundial, Jobs manejó lo virtualmente imposible manteniendo su creatividad frente a las crecientes críticas sobre la falta evidente de altruismo y constantes acusaciones de prepotencia dentro de la empresa.
Su muerte ha causado una gran consternación y admiración por el hombre que casi logró convertir la tecnología en un accesorio de moda, mientras se seguía incrementando el gusto por la “novedad geek”. Mientas Buffet y Gates rompieron paradigmas con sus esfuerzos humanitarios en conjunto para promover la filantropía, fue el trabajo de Jobs el que inspiró a millones, creando productos que alcanzaron el estatus de culto con cada nuevo lanzamiento. Gates y Buffet tomarón mayor conciencia y derrocharon millones de dólares en causas humanitarias e investigación científica, pero fue Steve Jobs quien se ganó nuestra devoción exacerbada.
¿Qué tenía Jobs qué lo hizo un icono? Fue algo más que su maestría para la mercadotecnia o sus productos minuciosamente diseñados, era su mensaje firme y la habilidad con aparente sinceridad y certeza en cada anuncio o lugares públicos donde él apareció.
A pesar que Jobs se unió a las altas esferas sociales del status quo; la inaccesibilidad a su estrategia de precios y su creciente crítica de prácticas monopólicas, logró vendernos una mercadotecnia de fantasía en un consumismo libre de culpa; sin embargo, quizá lo más importante es que convenció a sus fans de que él era uno de nosotros. Promocionando y valorando la belleza aunada a más simplicidad, Steve Jobs demostró que el mundo que creó, pensaba diferente.