Durante mi -ya no tan corta -trayectoria en el arte del desarrollo web, he trabajado con diversos modelos de planeación y producción de páginas web, aprendiendo de la visión de los diferentes perfiles involucrados: programadores, diseñadores, editores, gerentes de marca, etc.
Pero me he topado también, con casos muy extremos de deficiencia en la planeación: diseñadores que, no solo plantean el modelo de navegación, sino que definen y redactan el contenido; diseño de mockups y wireframes basados en tendencias, sin considerar la información y productos de la marca; o proyectos que invirtieron demasiado tiempo en los textos y no dejaron suficientes horas para trabajar el diseño web.
Lo cierto es que cada agencia y despacho digital establece su proceso basado en su especialidad: los diseñadores se concentrarán en ofrecer la mejor propuesta visual, los estrategas de contenido siempre abogaremos por escribir y recolectar material antes que diseñar, y los programadores partirán de las plataformas disponibles para definir lo que se podrá hacer en el proyecto.
Así surge la interrogante ¿qué fue primero, el huevo o la gallina? ¿qué paso deberíamos dar primero en el desarrollo de un sitio web?
La respuesta yace en una disciplina nada nueva pero revalorada gracias al boom digital: la arquitectura de información. Estamos hablando de una etapa previa a trazar cualquier esquema del sitio y escribir cualquier título de página.
De acuerdo a The Information Architecture Institute, la AI es la ciencia de organizar y etiquetar entornos de información (como sitios web, aplicaciones móviles, videojuegos, etc.) para reforzar la usabilidad y localización de información. Es decir, una etapa de planeación en la que se define qué elementos, con qué jerarquía y en qué orden deben incorporarse al sitio.
Para Peter Morville, uno de mis referentes favoritos, el propósito de la arquitectura de información es “ayudar a los usuarios a entender en dónde están, qué información encontraron, qué esperar de esa información y qué más hay alrededor”.
Puede tratarse de un diseñador gráfico o de un científico de la comunicación (porque estudiamos ‘ciencias de la comunicación’ ¿cierto?) quien ocupe este rol; lo importante es que cuente con el criterio para discernir qué elementos requieren integrarse al proyecto, más allá de la apariencia y funcionalidad que puedan tomar en el futuro.
Para ello, éstas son las etapas y tareas que debe cubrir en su labor:
- Recolección de datos: por parte del cliente, qué mensajes desea comunicar, qué productos maneja, todas las características de su negocio y, por parte de los usuarios, qué hábitos de navegación tienen, cuál es la información que más les interesa, etc.
- Análisis de valor: definir la importancia que tiene cada pieza de información de acuerdo a los objetivos de la marca y las necesidades de los usuarios, en qué orden deberían mostrarse, qué secuencia deberían seguir, cómo deberían estar conectadas entre sí.
- Desarrollo del mapa de sitio: éste es el paso más popular del proceso, se trata de un esquema en donde se agrupa la información por categorías (que pueden transformarse en secciones del sitio, galerías, etc.) y se plantea el flujo de navegación definido en la etapa previa.
- Definición de elementos: además de las categorías, la AI debe definir qué elementos se requieren para presentar la información, si un formulario debe estar estructurado en pasos, si el catálogo de productos incluye imágenes o videos, sinecesitan ser descargables, etc.
En mi opinión, una vez concluida esta etapa, el arquitecto de información debería trabajar en conjunto con los editores y copywriters para producir el contenido escrito y, posteriormente, con los diseñadores para darle apariencia a ese montón de información. Pero lo cierto es que, con la dirección y materiales de un arquitecto de información, no importa quién tome el proyecto a continuación, el cumplimiento de los objetivos de la página web está asegurado.
Andrea Herrera es Estratega Digital (arquitecto de información latente y escritora de clóset) en Mijo! Brands agencia digital líder con oficinas en CDMX y Puerto Vallarta. Visítanos en www.mijobrands.com o contáctanos.