La actual crisis económica está causando catástrofes, no sólo para los negocios de Vallarta sino para las consumidores también. Algunas de las marcas con mayor tradición que en algún momento se consideraron pilares inamovibles del capitalismo son ahora irreconocibles.
Marcas grandes o pequeñas, dan tumbos a marchas forzadas para innovar a cualquier costo. Mientras que la innovación es deseable, cualquier cambio substancial en la estrategia de la compañía o en la gama de productos y servicios debe ser meticulosamente escudriñado a fin de facilitar el éxito.
Es tentador divergir de una estrategia de largo plazo y entrar a un nuevo mercado, ofrecer nuevos servicios y crear nuevos productos en un intento para tomar participación de la demanda en un insipiente mercado de consumidores.
Como ejemplo tenemos un restaurante local que recientemente bajo sus precios, lanzó una campaña mal estudiada en medios masivos con una estrategia agresiva en la puerta. Sus ventas que ya estaban tambaleándose se vieron gravemente reducidas. ¿Por qué? Los consumidores habituales y su nuevo objetivo tenían nociones preconcebidas de la exclusividad, alto costo y excelente servicio de este restaurante.
Sus consumidores habituales presumiblemente se confundieron por el nuevo mensaje discordante del restaurante; completamente extraño con su bien establecida imagen de exclusividad. Los consumidores optaron por la seguridad de otras marcas de restaurantes, con muchas cancelaciones reportadas. Su nuevo objetivo de consumidores aparentemente no creyó o comprendió la promoción del restaurante. A pesar de sus esfuerzos por competir ferozmente en el mercado masivo, lo único que dejó fue sus mesas y cuentas de banco virtualmente vacías.
Mientras que la táctica del restaurante pudo haber generado ganancias en el corto plazo atrayendo a buscadores de promociones, el resultado final fue el daño a sus perspectivas de largo plazo dañando el capital y la buena reputación de marca del restaurante. Los clientes somos caprichosos, tenemos gusto por la estabilidad y a pesar de pedir lo contrario, muchos de nosotros aborrecemos el cambio.
Si cambiar el curso o lanzar nuevos servicios parece la única manera de asegurar supervivencia durante la temporada baja, retribuye mas hacer su preparación, no mirando hacia fuera, sino mirando hacia adentro. Revise su marca, las cualidades que aseguraron su éxito, la reputación de que su negocio disfruta en el mercado y considere cómo sus clientes se sienten sobre usted, su marca, su oferta y porqué.
si poner en marcha una nueva oferta conlleva un alto riesgo, apelar a un segmento totalmente diferente que su base actual de clientes o si promover cualidades que están en conflicto con su giro existente – las margaritas 2×1 en el lava autos, cualquiera de éstas – entonces un escrutinio cuidadoso es requerido. Un movimiento incorrecto puede ser el punto de inflexión que se incline alejando a clientes en lugar de acercarlos.
Los nuevos lanzamientos de servicios o productos necesitan un nivel mínimo de inversión para ganar el reconocimiento y la aceptación en el mercado. Si una nueva oferta requiere el desvío de recursos lejos de lo establecido y si está estropeada, piénselo dos veces. Cuesta el doble atraer a un nuevo cliente que mantener al existente, también cuesta infinitamente más poner en marcha y mantener una nueva marca de servicios, que dar apoyo a una ya existente, no obstante de lo débil que pueda parecer.
Las marcas de confianza (a pesar de los tiempos difíciles) son valoradas por los clientes, y mientras que podemos comprar menos de ellos hoy, tendemos a ser leales. Si el presupuesto es poco, reenfoque sus esfuerzos en lugar de dañar sus activos existentes lanzando un nuevo servicio o producto que no puede apoyar completamente. Las oportunidades abundan para aquellos que conocen su producto y entienden bien a sus clientes. Haga su tarea, recompense la lealtad del sus clientes y valor agregado dondequiera que usted pueda – hay muchos cafés a lo largo de Olas Altas que ahora ofrecen servicio gratuito de internet inalámbrico.
Hable con sus clientes, sus socios internos y externos. Las eficacias se pueden encontrar y crear ahorros con valor agregado más que reducir costos. Colabore con sus proveedores y vea cómo en conjunto pueden mejorar la oferta existente para mantener vivos tanto a sus clientes como a su marca.